Girona, la Ciudad Inmortal, la de los cuatro ríos, no ha experimentado una progresión demográfica y urbanística, a veces excesiva y a veces inabitable, como la que han experimentado otras grandes urbes catalanas durante el último siglo, lo cual supone una ventaja para una ciudad tranquila, con todos los servicios y un comercio potente, donde vecinos y visitantes se sienten bien, con un ambiente cercano muy admirado en todas partes.
(Santa Elena, 1953). Periodista y documentalista, ha ejercido ininterrumpidamente desde el año 1968. Colaborador de periódicos, revistas y agencias de noticias. Coleccionista y dinamizador cultural. Miembro de diversas entidades culturales y...
Girona, la Ciudad Inmortal, la de los cuatro ríos, no ha experimentado una progresión demográfica y urbanística, a veces excesiva y a veces insoportable, como la que han experimentado otras grandes ciudades catalanas durante el último siglo, lo que supone una ventaja para una ciudad tranquila, con todos los servicios y un comercio potente, donde vecinos y visitantes se sienten bien, con un ambiente cercano muy admirado en todas partes. La fuerza demográfica, económica y turística radica en las diferentes y atractivas poblaciones de la demarcación, especialmente las de la costa, motivo por el cual la fisonomía de la capital no ha experimentado una evolución excesiva, más allá del Barrio Viejo, el Ensanche y los alrededores. Esta selección de postales nos transporta a la Girona del primer tercio del siglo XX.