En 1912 se descubrió en Súria un yacimiento de potasa único en Cataluña, el primero de la Península y el tercero del mundo. Se inició la llamada "fiebre de la potasa", una carrera sin precedentes para descubrir nuevos yacimientos para la fabricación de abonos.
Licenciado en Matemáticas (UB) y actualmente jubilado. Premio Capitell de los Amigos del Arte Románico del Bages en 2002 y Premio Bages de Cultura en 2014. Autor de varios libros y artículos, entre otros, Llegendes de ponts, dòlmens i menhirs a...
En el año 1912 se descubrió en Súria un yacimiento potásico único en Cataluña, el primero de la Península y el tercero del mundo. A partir de ese momento se inició la llamada "fiebre de la potasa", una carrera sin precedentes para descubrir nuevos yacimientos de este producto estratégico y esencial para la fabricación de abonos. Rápidamente se construyeron instalaciones extractivas, primero en Súria, y luego en Cardona, Sallent y Balsareny, convirtiendo así la comarca del Bages en uno de los centros de producción de este mineral más importantes del mundo. 300 imágenes históricas nos invitan a hacer un recorrido por la Cataluña minera de hace cien años. Las primeras instalaciones en superficie, aunque incorporan avances tecnológicos relevantes, no son representativas de la trascendencia de esta actividad industrial. El verdadero tesoro de estas imágenes se esconde bajo tierra, a muchos metros de profundidad. Lejos de la superficie, todo un laberinto subterráneo de pozos y galerías nos sorprende por su magnitud y belleza, pero, al mismo tiempo, nos evoca el trabajo agotador de unos mineros que, mediante unas jornadas laborales interminables y con unos medios técnicos y de seguridad precarios, fueron capaces de trazar kilómetros y kilómetros de galerías. Una mirada a un mundo desconocido. Un viaje a la Cataluña subterránea.